La evaluación de la calidad de la educación es una herramienta poderosa para la gestión del aprendizaje de los estudiantes, porque permite constatar el grado de cumplimiento de las metas propuestas en un proyecto educativo, tanto en lo
individual, considerando a un estudiante en particular, que debe crecer intelectualmente durante su ejercicio escolar, como en conjuntos de estudiantes,
agrupados por aula, grado, ciclo o institución, que también deben demostrar la eficacia de las prácticas pedagógicas pensadas, diseñadas y desplegadas. En la búsqueda de variables para aproximar un concepto comprensivo de calidad, en medio de la enorme complejidad que encierra
el fenómeno educativo, por la constelación de factores que se conjugan e intervienen en él, suelen emplearse categorías de análisis asociadas con el contexto, insumos, procesos y productos de un
proyecto (Stuffl ebeam & Shinkfi eld, 1987).